Beatriz, Victoria, Marrakech.

8 de Noviembre 2018

Hace unos días viajé con mi amiga Bea a uno de los lugares que nos apetecía visitar juntas.

Después de un gran madrugón, con apenas unas pocas horas de descanso más dos aviones, aterrizamos en el aeropuerto nacional de Marrakech; controles, rellenar formularios, pasaporte... y al fin empezó nuestra estancia en Marruecos.

Fuera nos esperaban para llevarnos al Riad, primera sorpresa, el conductor, no hablaba nada de español, nos resultó extraño ya que nos habían comentado que todos allí hablaban nuestro idioma.

Nos dirigimos hacia la ciudad antigua, donde nos íbamos a hospedar, no perdiamos detalle de todo lo que veíamos por nuestras ventanillas y de repente el coche se para; la calle no parecía nada segura, además estaba lloviendo, caminamos por unos callejones estrechos y mucha gente que te miraba , nuestras caras eran de espectácion, intriga y algo de miedo, pero todo cambió en cuanto se abrió aquella pequeña puerta y nos encontramos con un pequeño palacete, con un bonito patio interior, lleno de vegetación, alfombras, lámparas y un estanquito súper acogedor y una decoración de revista.

Alojarnos en este Riad nos hizo sentir como en un cuento, es un poco como quedarte en una casa particular, ya que te proporciona la oportunidad de conocer y vivir de cerca la cultura arabe.

Todos los días, el desayuno era diferente, zumos ,natillas, yogur con granada, mermeladas, crepes, dulces típicos, pan, un café espectacular, y lo mejor, sus conocidos Tés.

Con estos desayunos apenas teníamos hambre durante el día, pero sí que probamos muchas más cosas típicas, algún que otro plato compartiré en la galería de fotos,

Pasado el primer día, ya casi todo nos era familiar, incluso nos saludaba la gente del barrio; algunos de los chicos nos acompañaban a lugares de interés (al mercado de las especies en El Barrio Judio y al Mercado de las pieles), por nuestra cuenta descubrimos El Zoco ¡qué mundo! ¡cuánto que ver! ¡cuánto color! ¡cuántas cosas! “ cuánto?? cuánto?? ¡último precio!, ¡ni para ni para mí! ¿cuánto pagarías?, ¡pon el precio tú!“; el famoso regateo como hilo musical sonaba por todas partes, por cierto Bea toda una negociante, había que verla 👌🏻.

Muchas anécdotas que recordar, parece que allí no existen las normas en la carretera, los conductores conducen hablando hasta con tres móviles a la vez (un taxista que nos llevó) , en las motos hasta tres, sin casco y hasta con un cristal enorme, insólito pero real, para cruzar la calle, ¡correee! al principio lo hacíamos a la vez que los lugareños y el segundo día ya cruzabamos con nivel experto.

Se nos pasaron los días volando, caminamos muchísimo, visitamos lugares de interés, descansamos y sobre todo nos reímos muchísimo. Nos encantó conocer la cuidad y su cultura, entiendo también que a mucha gente no le haya gustado (experiencias que otros viajeros nos han contado) a Marrakech hay que venir a descubrirlo, y lo que está claro y es habitual en la cultura arabe “ LA BELLEZA SE GUARDA DE PUERTAS PARA ADENTRO “

Espero que les guste y si tienen oportunidad, visiten Marrakech!

Hasta mi próximo post!

Victoria 🌺