Los peligros que se viven detrás de una CÁMARA 📸

victoria-q
20 sept 2018
2 Min. de lectura

20 Septiembre 2018

Sí, han leído bien, cuando disfrutamos viendo fotos publicadas en las redes, revistas y demás, solo solemos ver: el paisaje, el maquillaje, los looks y el eterno y más que ensayado ”postureo“.

Nunca nos preguntamos ni nos imaginamos todo lo que se esconde detrás...

Hace unos días fui consciente, por primera vez, de los peligros que a veces trae posar ante una cámara, y que, seguramente, no todos sabemos.

Todo empezó al ser invitadas por un

Fotógrafo, natal del Municipio de Fuencaliente, llamado Sergio, un joven pastelero de profesión y aficionado a la fotografía.

Al llegar a Fuencaliente, lo recogimos en su casa y nos dirigimos hacia la costa. Yo muy contenta diciéndome a mi misma “lo he traido todo, ¡bien!”, ya que iba con más de cuatro bolsos llenos de flores, sombreros, vestidos, globos, maquillaje, espejo. Aparcamos y empezamos a bajar hacia la playa, madre mía, cuanto más bajaba más pensaba en la subida y me decía a mi misma "y todo por unas fotos...". Pues llegamos a la playa, allí me di cuenta de que me había olvidado de algo muy importante (y no precisamente me refiero a un peine), me había olvidado de las botellas de agua ¡uffff! No sé si alguna vez les ha pasado que aún no teniendo sed basta que no tengas agua para que te den unas ganas inmensas de beber, en fin, miré hacia el mar y me dije “ahí hay bastante“ así que a lo que vine, subirme en una tabla de padel surf, ir mar adentro (con un miedo en el cuerpo que nadie se imagina) meterme debajo del agua, aguantar la respiración, volver a la orilla con olas nada pequeñas, ponerme vestido de noche para un postureo de playa y empaparme hasta arriba.

Mientras recogía todas las cosas y Sergio estaba en la sesión con Alejandra, miraba hacia arriba (porque nadie se imagina el tremendo hilo de escaleras que nos quedaba por subir cargados con todas las cosas) y me decía a mí misma “uf que ganas de llegar al coche y tomarme algo fresquito“. Al terminar con las fotos recogimos e iniciamos el camino hacia el coche, la verdad que no fue tan mal como en un principio pensé. Llegamos bien y pronto al coche, peroooo sólo les contaré que al coche llegamos sobre las 20 h. y éramos nosotros tres, y al final, el coche salió de allí sobre las 23 h. y nos multiplicamos, acabamos siendo siete personas. No voy a especificar lo que ocurrió,voy a dejarlo en “un mal de ojo en toda regla”. En fin, como yo a todo le doy siempre una lectura positiva, tengo que decirles que las fotos quedaron espectaculares y que todo lo pasado mereció la pena.

Comparto algunas de las fotos de ese día.